Y ahora las plantas tuitean

Sus últimos tuits pedían desesperadamente agua: “Water me please! Urgent”. Este mensaje, tecleado desde Toronto, se fue repitiendo en la cuenta de Twitter de @pothos cada vez con más urgencia. Sin embargo, en el frío mundo de las comunicaciones telemáticas, ninguno de los 3.969 seguidores de pothos le auxilió y un día, de repente, los tuits cesaron para siempre. La historia no es dramática como parece porque pothos es una Botanicalls, es decir, una planta que gracias a la inteligencia artificial y las placas Arduino ha adquirido capacidades más propias de los humanos como chatear, enviar tuits, responder preguntas y llamar por teléfono.
Su creación constituye un notable avance en las relaciones entre hombres y vegetales. La planta, que se conservará en la sección de diseño junto a las sillas de Eames y el bolígrafo Bic, es un trabajo que han ido desarrollando desde 2006 tres diseñadores especializados en proyectos interactivos, que plantean nuevas relaciones entre los hombres y las cosas, Rob Faludi, Kate Hartman y Kati London, con la colaboración de la artista Rebecca Bray.
Su funcionalidad básica, que permite a las plantas domésticas pedir agua a sus descuidados dueños, ha sido convertida en SparkFun Electronics en un kit DIY . De ese modo cualquiera que tenga un enchufe eléctrico y una conexión a Internet, podrá convertir su callada planta de interior en una marchosa planta tuitera. Naturalmente es posible personalizar el perfil, así como los mensajes.
No todas las celebridades, en el mundo de plantas comunicativas, viven en América. También las hay en España y ambas viven en Barcelona. Mister Melville Green es un helecho que habla inglés, creado por Raúl Martí, Mariona Arau y Elisabet Espelt, fundadores de la empresa barcelonesa de traducción técnica Treeloc. “Queríamos llevar a cabo una campaña de publicidad distinta, capaz de transmitir nuestra voluntad y capacidad de traducir cualquier idioma, incluso el de las plantas”, explica Martí, que comparte escritorio con Mr. Green.
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Melvin está conectado a una serie de sensores que miden y traducen todo lo que le rodea, tanto las variables meteorológicas como sus condiciones físicas: luz, temperatura ambiente y nivel de humedad. A partir de todo ello, una serie de algoritmos define cuatro estados de ánimo (feliz, triste, enfadado y adormilado), que corresponden a otros tantos juegos de respuestas que un motor de inteligencia artificial utiliza para responder al usuario humano a través de tuits”, explica Martí.
¿.Hasta que punto nos hara llegar la tecnologia?
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